Finalizó la primera aventura pachorrera en EDEBA Fútbol con el sabor amargo de no haber alcanzado ninguno de los dos objetivos planteados a principio de temporada, en primer lugar el ascenso directo a la Liga C, y, en segundo lugar y de ser posible, el título.
Por la última fecha de la Zona Campeonato, Pachorra se presentó a jugar ante Los Warpes, pero éstos, al no contar con los ocho jugadores reglamentarios, cedieron gentilmente los puntos y accedieron a la disputa de un amistoso, en el cual el Tricolor ganó sin contemplaciones por 7-1 con tres goles de Nico D'Ana y los cuatro restantes repartidos entre Lucas Perazzo, Juan Pablo Vietri, Martín Casas y el esperado debut en la red de Cristian Villarroel: el lateral se mandó una subida fenómenal por su carril, la pidió y, cual Negro Ibarra, la clavó en el ángulo con un fierrazo de derecha.
Sin embargo, la alegría del triunfo y la posterior victoria de Los Walooors ante Sinbo que hicieron renacer la esperanza de jugar una Promoción, se vio opacada horas más tarde por la caída de FC Madera ante Baldoseros, otro de los rivales directos. El team del trébol en su escudo se plantó firme, como un equipo que jugó una verdadera final ante otro que cuando se quiso dar cuenta que se le escabapa el campeonato ya se encontraba abajo por tres goles de diferencia. Adiós a la ilusión.
Pasó el Apertura y el balance podría catalogarse de neutral rodeado de sensaciones ambiguas: por un lado, se perdió la gran mayoría de los partidos por un gol nomás, aunque el nivel mostrado en estos últimos encuentros tampoco invitaba a otra cosa. En resumidas cuentas, servirá para adquirir experiencia y aprender de los errores para que en el próximo torneo, sin lugar a dudas, pongamos el alto nombre de Pachorra Smaldone donde se merece.
En los proximos días, la Comisión Directiva se reunirá para definir el futuro de los jugadores, la renovación de los contratos y la extensión de los préstamos. La idea es que se mantenga la base y no desmantelar el plantel.