Sí, sí, señores... imposible no es nada

Pachorra hizo el milagro: le ganó 4-1 a Rossonero, esperó, vino la ayudita de afuera y clasificó para la Liga D de EDEBA 2008. El Tano, genio y figura.

Un consagrado periodista dijo hace años que en el fútbol se daba la lógica de lo impensado. Lo que quiso dar a entender Dante Panzeri es que todo es posible, que todo puede pasar, que no hay nada dicho, que no está muerto quien pelea. Y Pachorra batalló, duro pero leal, fuerte pero con dignidad, se repuso a la adversidad y al difícil golpe de la semana pasada y se alzó con la victoria: 4-1 ante Rossonero. Luego, algo más tranquilos y relajados, observaron el partido entre los otros dos integrantes del grupo y, tras el silbatazo final, se abrazaron y festejaron con trapo y todo. San Pablo no pudo con La Máquina y el empate fue el peor resultado para ellos, pero el mejor para los pachorreros. La Liga D ya es una realidad. Pachorra está adentro y se prepara con todo.

El partido empezó complicado. Un error en la salida posibilitó que Rossonero se pusiera tempranamente arriba en el marcador. Un zurdazo cruzado y abajo dejó las cosas 0-1. Y a remarla. Pachorra no perdió la concentración ni se desordenó, y encontró rápidamente el empate. Al descanso se fueron 1-1. El partido era parejo y el resultado, justo.

En la segunda etapa se abrieron los espacios. Pachorra soportó el asedio del rival durante unos minutos, pero supo aguantar los embates y aprovecharse de un adversario desconcentrado en la cancha. Así llegaron dos goles casi calcados del Tano para luego liquidar el encuentro sellando el 4-1 final.

Lo destacable fue que el equipo salió a jugar con tranquilidad. Se intentó cuando las cosas no salieron, se jugó tocando la bola, generando jugadas, avanzando cuando era conveniente, retrodeciendo si no se podía. Siempre hay cosas para mejorar y corregir. Tal vez la salida con la pelota o la precisión en los pases. Pero lo importante fue que Pachorra aprobó una materia muy difìcil. Y dio un paso muy firme para recibirse como equipo.

¡Feliz Año, Pachorreros! Ahora es tiempo de disfrutar y festejar. Ya pensaremos en lo que nos espera.

PREMIO HUGO HECTOR SMALDONE: CRISTIAN SEGUI (10)

Capocannonieri: tres goles, dos de ellos con exquisitas definiciones y el oficio de siempre para mostrarse y aguantarla. Genio y figura, nace su nuevo apodo: el tanito castigador.

PREMIO MAGO CAPRIA: CARLOS PERAZZO (9)

Esa zurda prodigiosa que tanto se esperaba apareció. Dos pases deliciosos que terminaron en gol, un tiro libre que se fue apenas desviado y un remate que pasó cerquita coronaron su gran tarde.

PREMIO ARAÑA NEGRA: IGNACIO MANGO (8)

Con el partido 1-1, sacó un tiro al ángulo con mano cambiada. Luego, salvó las papas en algunas oportunidades cuando el rival apretaba y buscaba el empate.

PREMIO BOMBA PSICOLOGICA, NENE: CARLOS CASAS

La dósis de inyección anímica que el equipo necesitaba. El plantel se reunió en el vestuario, escuchó sus consejos, recibió la arenga y salió decidido a la cancha. La base está.

El Resto:

Pablo Venturino (8): muralla impenetrable e infranqueable, se comió a los delanteros rivales y estuvo siempre atento para anticipar y ganar en el mano a mano.

Lucas Perazzo (7): otra vez su ida y vuelta incansable fue clave para cortar algunos avances contrarios y salir jugando. Le cuesta, a veces, ser preciso en los pases, pero siempre se muestra para generar juego.

Andrés Echeverría (7): un gol en el momento justo para iniciar la remontada. Bien en la marca y en el anticipo, esta vez estuvo seguro a la hora de jugar la pelota.

Martín Casas (7): de sus pies salieron las mejores intenciones en ataque. Generó faltas, la pidió y se mostró para jugar. Arrancó por el medio, pero lentamente se fue tirando a la izquierda, en donde se lo notó mejor.

Gustavo Girona (6): jugó poco, pero en el tiempo que estuvo en cancha intentó y buscó desnivelar, aunque esta vez se lo vio muy contenido.

Juan Manuel Hernández (6): no sintió el puesto de carrilero por derecha y le costó sacar a relucir sus enganches. Pero aguantó la pelota y fue recambio necesario en algunos pasajes del partido.